Y no es que mi coche tenga alerones, pegatinas, luces de neón y demás adornos,
ni que tenga amigos como el
neng de “castelfa”, es que al final va a ser que hay muchas modalidades de “tuning” y todos seguimos unas u otras. La traducción de tuning al castellano tradicional sería algo así como “personalización” es decir, hacer nuestras posesiones más nuestras, incorporándoles detalles, grandes o pequeños, que digan algo más de nosotros que una marca comercial cualquiera. Habría que hablar ahora del gusto que cada uno tenga para estos “detalles” y es que lo que nos llama la atención normalmente suele ser el que tiene el coche más “tuneado” y ya se sabe que el hortera y el cazurro van juntos de la mano. Pero no queda aquí la cosa, ¿cuantos de vosotros tenéis una pegatina en el móvil o una carcasa diferente a la original o un tono del 7777?. ¿Cuantos de nosotros tenemos el
fondo de escritorio que venía en el windows, o el winamp con el skin por defecto?. Y
no solo ocurre esto con pequeños objetos cotidianos. Yo quiero cambiar los azulejos de los baños de casa. Estupendo!. Voy a
Leroy-Merlin (ya los he enlazado dos veces, podría verseles algún detalle) y me pillo uno de esos de “stock inmediato” travertino en plan baño romano a 20€/m2 con 10 cenefas diferentes a elegir que “tiene todo el mundo”. ¿Cómo? ¿Qué lo tiene todo el mundo? Ah entonces no lo quiero. El mío tiene que ser diferente a los demás, único, “personalizado”, a fin de cuentas está claro que voy a pasar mucho tiempo allí y cuando esté sentado “discutiendo con el señor
roca” tendré que tener delante algo que me guste mientras leo las etiquetas del champú y el desodorante (no exponerlo al sol ni a temperaturas superiores a 30ºC).
Pues eso, que al final va a resultar que el “tuning” nos rodea desde hace mucho tiempo, solo que no sabíamos que se llamaba así, ni puñetera falta que nos hacía, la verdad.
# posted by QSYQ @ 3:52 p. m.